Cuando Raúl Scalabrini Ortiz, magistralmente, describe el 17 de Octubre de 1945 diciendo “Era el subsuelo de la patria sublevado” sintetiza ese momento histórico y le da la magnitud que lo convierte en el acontecimiento político y social más importante desde la declaración de la independencia en 1816 hasta estos días.
Sin dudas, ese mediodía de Octubre, la historia se hizo presente en todo su esplendor dialéctico, los trabajadores y el pueblo habían alcanzado los niveles de conciencia suficiente como asumir su clase social y entender que solo un movimiento colectivo les permitiría continuar en su camino de conquista de derechos. Este nuevo hombre que asomaba en esta tierra argentina, que se forjaba en una realidad que se transformaba sobre décadas de infamia encontró en un coronel del ejército, Juan Perón, a quien supo interpretar su sentir y convertir la desazón y la resignación, en lucha con sentido histórico. Ese mediodía de Octubre el Pueblo puso a Juan Perón al comando de la Revolución Argentina.
La historia solo avanza resolviendo sus contradicciones, este Pueblo sublevado emergió e hizo evidente la contradicción Pueblo – Oligarquía y la expreso en una consigna Braden o Perón, es decir, Liberación o dependencia.
Desde hace 67 años esta es la contradicción a resolver, tuvimos momentos de avance y hasta recordamos “los años felices”, sufrimos la noche más oscura en la que perdimos a 30.000 compañeros pero un día la gente se hizo Pueblo y el 19 y 20 de Diciembre dijimos basta y dimos, como Pueblo, el marco histórico que permitió a Néstor Kirchner expresar toda su voluntad transformadora.
Hoy día y luego de 9 años de reconquista de derechos y de recuperación económica la contradicción fundamental, Pueblo – oligarquía, sigue irresuelta.
La Patria, esa reacción dialéctica al imperialismo hoy no tiene Pueblo, que es precisamente lo que le da ese carácter heroico, necesario para resolver la contradicción y hacer avanzar la historia. Lo que pretendo decir es que veo a una sociedad espectadora de una lucha política, orejeando las cartas, solo atenta a sus niveles de consumo y veo a los trabajadores y el pueblo que no asumen su rol histórico y solo siguen una consigna de movilidad social ascendente que interpretan de forma individual. Realidad esta que nos mantiene sujetos a la agenda de la reacción, la que sabe más que nadie estimular el egoísmo social y ponerlo en función de sus intereses; el gobierno debe recuperar la iniciativa política.
Sabemos que el peronismo son hechos simbólicos que producen conciencia y aunque los niveles de participación política se miden hoy, como una magnitud astronómica comparada con los 90´, no son los suficientes para dar el salto cualitativo necesario que resuelva la contradicción Patria o Colonia como consecuencia vegetativa de este proceso democrático.
Es necesario producir ese hecho simbólico que eleve los niveles de conciencia y de lugar para construir la organización popular necesaria que pondrá a la historia en movimiento y que permitirá a la gente que nuevamente se asuma Pueblo como aquel glorioso 17 de Octubre.
Salir de la trampa semántica en que nos pone la oligarquía, uniendo confrontación y barbarie o consenso con paz, buscando retardar el verdadero motor de la historia, es una tarea pendiente.
Refundar la república con sentido Nacional, Popular, Suramericano y Revolucionario poniendo a la sociedad a discutir un nuevo proyecto de Nación (una nueva Constitución) y no la veracidad de las cifras del INDEC, puede ser el hecho simbólico que permita nuevamente que la gente se vuelva Pueblo y que la república Patria y que los anhelos de aquellos que ese mediodía de octubre, salieron a pedir la libertad de Juan Perón, se hagan realidad.
Gabriel Vázquez Mónico
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