Ganancias y propiedad.
Cuando discutimos, la repartición de las ganancias de las
empresas con los trabajadores ¿a que nos referimos?
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¿Pero que es la propiedad privada en el capitalismo? Para contestar
utilizaremos la capacidad de José Pablo Feinmann: “… Bastará consultar algunos luminosos
parágrafos de la Filosofía
del derecho de Hegel para advertir que el homo capitalista encuentra en la
propiedad privada la forma objetiva de su libertad, es decir, apropiándose del
objeto le otorga a su libertad subjetiva una objetividad que es jurídicamente
inviolable. (Que el homo capitalista acabe por volverse, él también, una cosa
en su afán de apropiarse de cosas y objetivar su libertad, es otro tema. Un tema
sobre el que el capitalismo no se ha interesado jamás, ya que lo que al
capitalismo le interesa son las cosas, entendidas como mercancías y las
mercancías entendidas como propiedad de los sujetos económicos, quienes, al
poseerlas, se transforman en propietarios privados. O sea, en hombres
capitalistas.)…”
Más allá de los temas morales planteados hasta acá o las
consecuencias impositivas, tan temidas
por el empresariado. Parecen tener razón los empresarios en su postura, es
real, vivimos en una economía de mercado que J.P.F. nos muestra con maestría.
Pero es real también, que vivimos desde 2003 en un proceso de transformación
económica que tiene sus raíces ideológicas en el peronismo.
¿Que opina el
peronismo de la propiedad?
El peronismo es nacional, popular, y revolucionario. Nacional porque es antiimperialista, popular
porque su sujeto político es el pueblo y revolucionario porque pretende
construir una nueva sociedad: La de la Justicia Social.
El peronismo doctrinariamente se separa del capitalismos y del comunismo,
planteando la tercera posición, porque considera que ninguna de estas
estructuras sociales permiten la libertad del hombre, la que le permite su
realización como tal y en consecuencia su felicidad.
Para entender el lugar que da a la propiedad el peronismo nos
remitimos a la reforma constitucional de 1949 (primer gobierno de Perón)
“Artículo 38 - La propiedad privada
tiene una función social y, en consecuencia, estará sometida a las obligaciones
que establezca la ley con fines de bien común. Incumbe al Estado fiscalizar la
distribución y la utilización del campo o intervenir con el objeto de
desarrollar e incrementar su rendimiento en interés de la comunidad, y procurar
a cada labriego o familia labriega la posibilidad de convertirse en propietario
de la tierra que cultiva.”
Es decir, la propiedad no tiene carácter de
inviolable, la ley reglamentará a esta en la satisfacción del bien común. Y
llega hasta el punto de poder intervenir en la distribución de la propiedad
rural y su fin productivo. Claramente, expresa la voluntad de poder obligar a la disolución, mediante la
venta, del latifundio y procurar que el trabajador rural obtenga la propiedad
de esta.
"La propiedad no es
inviolable ni siquiera intocable, sino simplemente respetable a condición de
que sea útil no solamente al propietario sino a la colectividad" (Arturo
Enrique Sampay, padre teórico de esa Constitución)
En el artículo
37 –de los derechos del trabajador- esta constitución sostiene:
“2. Derecho a una
retribución justa - Siendo la riqueza, la renta y el interés del capital frutos
exclusivos del trabajo humano…” “…y garantizar al trabajador una retribución
moral y material que satisfaga sus necesidades vitales y sea compensatoria del
rendimiento obtenido y del esfuerzo realizado”
Este artículo expresa claramente que la riqueza
(o ganancias) surgen exclusivamente del
trabajo humano, por lo tanto, las ganancias empresariales también pertenecen al
trabajador y más, habla de la
retribución material (salario) y moral que sea compensatoria del rendimiento
obtenido (ganancia) y el esfuerzo realizado (trabajo). Por lo tanto, el
peronismo sostiene que: el rendimiento (ganancia) obtenido del trabajo de los
obreros debe ser remunerado de forma moral y material dentro de los parámetros
de la Justicia Social.
“Artículo
40 - La organización de la
riqueza y su explotación tienen por fin el bienestar del pueblo, dentro de un
orden económico conforme a los principios de la justicia social.”
Entonces, sin lugar a dudas, la constitución peronista
de 1949 expresa que las ganancias empresariales son parte inalienable del fruto
del trabajador y por lo tanto debe ser retribuida conforme a los principios de la Justicia Social y
más, el artículo 38 reza”… La propiedad
privada…, estará sometida a las obligaciones que establezca la ley...” la distribución de ganancias con los
trabajadores puede reglamentarse por ley, tanto en cuanto, es propiedad
privada,
Es deber entonces, de todo peronista, tender a
hacer efectiva esta reivindicación que surge de lo más profundo de la doctrina
Justicialista.
Los trabajadores tienen derecho, entonces, a
participar de las ganancias.
De la
coyuntura y de la espalda
Es probable que la correlación de fuerzas no este
hasta ahora del lado de los trabajadores
y su representantes de la CGT
y que la espalda política para llevar
esta etapa de institucionalización (legislar) no sean las suficientes para
enfrentar este desafío o que la coyuntura económica internacinal sume
obstáculos e incertidumbres en el empresariado, lo que lo haría refractario a
todo debate o que estamos en una etapa
de acumulación incipiente y estos temas solo la detendrían o disminuiría su
velocidad . También es probable que el trabajo sobre la conciencia social del
empresariado tenga déficit, que tenemos que corregir, antes de comenzar esta
lucha, pero lo que seguro no podemos hacer como peronistas es expresar que el
estado deja a los trabajadores solos en esta faceta de la lucha de clases. Si
algo caracteriza al peronismo en el poder es intervenir en la lucha de clases a
favor de los más débiles.
Gabriel Vázquez Mónico
San
Miguel, Buenos Aires